En el imaginario popular del México actual todavía se entiende al mundo mediante un pensamiento mítico. Por este pensamiento, se hace referencia a esa fe muy centrada en elementos irracionales con atisbos míticos. Pero, ¿esto por qué es relevante? Porque se comienza a caer en un determinismo, que precede a un conformismo, dándole cabida a una cultura del poco esfuerzo, y finalmente, a cierto grado de mediocridad. La postura del presente ensayo es que, en efecto, existe un pensamiento de tipo mítico en los mexicanos.
“Si Dios es todo poderoso, no puede ser bueno del todo y si es bueno del todo no puede ser
todo poderoso.” Lex Luthor
Dante Alighieri fue, posiblemente, uno de los primeras renacentistas y magnos escritores del Renacimiento, el prototipo del paso del hombre medieval al moderno en los hechos, y de quien se adoptaron las famosas representaciones del infierno, purgatorio y cielo en la modernidad. Por medio de su obra, dio a conocer su perspectiva acerca de la trascendencia de Dios y el estado de la iglesia en sus obras, en especial en su magnum opus, la Divina Comedia (1321 D.C.).
Probablemente la filosofía sea una de las disciplinas que más ha dejado a la mujer en el olvido; al menos alguna vez en nuestras vidas hemos estado expuestos ante filósofos que se han encargado de fundamentar la mayoría de sus pensamientos y adoctrinamientos haciendo principalmente énfasis en el “poder” que posee el sexo masculino y la aparente debilidad que se la atribuido por años al sexo femenino.
Considerar que es correcto y admisible juzgar e interpretar la realidad a partir de lo subjetivo supone un gran problema para la humanidad, pues se trata de rechazar los valores absolutos para determinar el significado y valor de las cosas a partir de las incitaciones emocionales y no de la ponderación sensata de los datos de la realidad (Bolado, 2017). El relativismo es una corriente filosófica que propone pensar de esa manera, tomando al sujeto como el fundamento de la verdad, y rechazando la existencia de verdades y valores absolutos (Ayala, 2008).