Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza: un llamado a la dignidad y la acción

Liderazgo Anáhuac en Humanismo
La Dra. Odra Saucedo presenta un texto en el que señala que para erradicar la pobreza se deben enfrentar las causas estructurales que la generan y fortalecer las capacidades de las comunidades para ser protagonistas de su propio desarrollo.
Cada 17 de octubre, el mundo conmemora el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, una fecha que nos invita a reflexionar sobre las desigualdades que aún persisten y a renovar el compromiso por construir sociedades más justas y solidarias.
Esta jornada tiene su origen en 1987, cuando más de 100,000 personas se reunieron en la plaza del Trocadero, en París, frente al monumento de los Derechos Humanos para rendir homenaje a las víctimas de la pobreza, el hambre y la exclusión. Aquel acto espontáneo de solidaridad dio pie a que, en 1992, la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamara oficialmente el 17 de octubre como día internacional para visibilizar esta lucha colectiva.
Desde entonces, esta fecha simboliza la voz y la dignidad de millones de personas que enfrentan condiciones de vida adversas, recordándonos que la pobreza no es solo una carencia material, sino una forma de exclusión que vulnera derechos fundamentales.
¿Qué significa erradicar la pobreza en el siglo XXI?
Hablar hoy de pobreza implica mucho más que referirse a ingresos bajos. Significa reconocer las múltiples dimensiones que afectan la calidad de vida de las personas: el acceso limitado a servicios de salud y educación, la falta de vivienda adecuada y oportunidades laborales, así como la discriminación y la exclusión social.
En este sentido, erradicar la pobreza requiere enfrentar las causas estructurales que la generan y fortalecer las capacidades de las comunidades para ser protagonistas de su propio desarrollo. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) cada año recuerda que las personas en situación de pobreza no son beneficiarias pasivas de ayuda, sino actores clave en la búsqueda de soluciones.
Retos actuales: de las cifras al compromiso real
De acuerdo con datos de la ONU, más de 700 millones de personas en el mundo aún viven con menos de 2.15 dólares al día. Si bien se han logrado avances significativos durante las últimas décadas, las crisis recientes —sanitarias, climáticas, económicas y políticas— han revertido parte del progreso.
Factores como la inflación, los conflictos armados y el cambio climático continúan ampliando las brechas sociales, especialmente en las regiones rurales y entre las mujeres, jóvenes y grupos indígenas. La pobreza, por tanto, no es un fenómeno individual, sino colectivo y estructural: refleja desigualdades históricas en el acceso a los recursos, la educación y el poder de decisión.
México frente al desafío
En México, los retos son claros y persistentes. Según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), más de un tercio de la población enfrenta algún tipo de pobreza. Aunque programas como Sembrando Vida, Jóvenes Construyendo el Futuro o la Pensión para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores han contribuido a reducir ciertas brechas, todavía hay desafíos en cobertura, coordinación y evaluación de resultados.
Conmemorar este día en nuestro país implica reflexionar sobre qué tan efectivas son nuestras políticas sociales y qué tanto logran empoderar a las personas para salir de la pobreza de manera sostenible.
Un llamado a la acción: todos podemos participar
El Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza no es solo una efeméride institucional, sino una oportunidad para actuar desde lo cotidiano. Algunas formas de participar y generar conciencia incluyen:
• Promover espacios de diálogo entre autoridades, organizaciones civiles y comunidades vulnerables.
• Apoyar proyectos locales que fortalezcan la economía social, el empleo digno y la educación inclusiva.
• Participar en campañas de sensibilización que combatan los estigmas asociados a la pobreza.
• Fomentar el voluntariado en iniciativas comunitarias o programas universitarios de desarrollo social.
• Reflexionar en el aula y en la familia sobre cómo nuestras decisiones de consumo, trabajo y participación inciden en la desigualdad.
Educar para transformar
En las universidades esta conmemoración adquiere un sentido especial: formar profesionales comprometidos con el bien común. Desde la investigación académica, el servicio social o los programas de responsabilidad social universitaria, la comunidad educativa tiene la posibilidad de impulsar soluciones innovadoras y sostenibles que impacten de manera directa en la vida de las personas más vulnerables.
Hacia 2025: un compromiso compartido
Al acercarse el 17 de octubre de 2025, este día nos invita a renovar la esperanza y el compromiso. Porque erradicar la pobreza no es un sueño utópico, sino un deber moral y un derecho humano. Recordemos que detrás de cada estadística hay personas con historias, talentos y aspiraciones que merecen ser escuchadas y acompañadas. Desde cada espacio —gobierno, academia, empresa, comunidad— es posible contribuir a un futuro donde nadie quede atrás.
Más información:
Dra. Odra Angélica Saucedo Delgado
angelica.saucedo@anahuac.mx
Facultad de Economía y Negocios